martes, 23 de diciembre de 2008

Sobre "El misterio de la voluntad perdida" de J.A.Marina

A vueltas con los diferentes modos de entender la libertad y no entenderla.
Los autores no se ponen de acuerdo, lo cual es tranquilizador.
Me hice con el libro de J. A. Marina una mañana gris que deambulaba por las librerías en busca de un método falible para acabar con mi apatía. Encontré "Anatomía del Miedo", que me hizo retroceder medio metro del estante, y luego, con calma, este que me traje a casa y me calzó, sin rozaduras ni ampollas, durante muchos días, "El Misterio de la Voluntad Perdida".
Antes de continuar, aclaro que no soy amiga de los manuales, cuando tengo un nuevo aparato me lanzo a tocar todos los botones hasta desconfigurarlo si hace falta, pero el manual ni lo miro, es una pulsión maníaca de no escuchar cuando me dicen como he de hacer algo.
¡El error es tan bello! de qué manera nos templa- no al estilo cubano...

Pero no, no estamos ante un manual. Escogí el capítulo que trata sobre la libertad después de leer lo que dice Marina tras un ejemplo sobre un grupo de esclavos que "eligieron no liberarse". "A veces es difícil enfrentarse a la posibilidad y resulta consolador refugiarse en la rutina."
Creo que eso argumenta mi fascinación por el libro donde encontré innumerables claves para comprender la naturaleza de los seres humanos, para no comprenderla también, y eso es lo mejor. Entender de qué manera funciona el cerebro humano vendría a ser, entonces, como resolver una ecuación, habrá cosa tan simple, x igual a ¿?, y ya.
Acabaríamos de golpe con la industria del cine, la literatura, la psiquiatría...las turas de Cortázar se harían innecesarias... y eso supondría una tragedia.

No, el ser humano debe errar - de error-, divagar - de errar-, e incluso , aunque se trate de algo legítimo y ansiado por otros seres, declinar-de no querer-.
En palabras de Marina, "la voluntad nos permite elegir el proyecto con que vamos a intoxicarnos o a espabilarnos".

Marina cita a Mill, a su ensayo Sobre la libertad. "Es evidente que (en una situación de conflicto) "yo" soy las dos partes de la confrontación; el conflicto está...entre , por ejemplo, mi deseo de placer y mi temido autorreproche...La razón es que uno de mis yos representa un estado más permanente que el otro. Después de haber cedido a la tentación, se terminará el yo que desea, pero el yo que reprocha durará hasta el fin de mi vida."


Resulta formidable comprobar la veracidad de tales razonamientos, y también los de otros filósofos o pensadores con teorías radicalmente opuestas, ahí está el sentido de la obra, se trata de un análisis abierto y plural. Todo va a depender de cada cual.

Kant:" Hay un agrado negativo en la existencia propia cuando se tiene conciencia de no necesitar nada."

Marco Aurelio:"Puedes ser invencible si no te arrojas a ningún combate en el que no dependa de ti vencer."

Epicuro: "La causa principal de la desgracia humana es albergar deseos vacíos, que son ilimitados."

Sartre: " Siempre he pensado contra mi mismo."


Mis preferidos los dejo para el final.

Stuart Mill: "El peligro que amenaza a la naturaleza humana no es el exceso, sino la falta de impulsos o preferencias personales."

Goethe: (Dios dice en Fausto) "No es el error lo que pierde al hombre, sino la inactividad"

Tengo claro que mi yo deseador es más potente que mi yo reprochador, aunque sufra infinitamente más, y ¿me impida ser libre?.

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