viernes, 6 de febrero de 2009

El humo y el vacío

Ahora fumo. He vuelto, después de varios años, 6, creo, pero sólo a ratos. Cuando la ansiedad no encuentra tus labios a mano, enciendo un cigarrillo.
Podría pensarse que es más, pero no, es sólo echar de menos, desazón, en términos que lastiman hasta al más férreo de los ánimos.
Lo he probado todo, y no es metáfora.
El tiempo que ocupo en tareas aritméticas; el que desocupo , con fruición , para "estar" contigo, algo que he convertido en credo con ayuda de algunos eufemismos.
La entrega es fervorosa, la recompensa, un sueño que a veces toma días de asueto...
Y el cigarro, convertido en palabras, en volutas que envuelven los besos que te envío como terapia sustitutiva del ansia, tampoco es un alivio, al menos, constatable.
No busco desaparecer del todo en el abismo, no quiero perder la ocasión de encontrar, con alguna sorpresa y mucho esfuerzo, el tiempo que nos queda. Ese en que poder colgar, al fin, la maleta y el paraguas, como en el recibidor de casa...olvidar los presagios y dar la bienvenida a las certezas, aunque sean finitas, aunque al cabo no cuente la eternidad, y el siempre se desmembre como un viejo esqueleto abandonado en una clase de anatomía.
No busco -aunque es mentira, sólo que no lo creo- la palabra constante que alimente el vacío, no lo conseguiré, eso es todo, no es admisible, no a estas alturas de la historia sabida. Pero habrá que intentarlo, no me perdonaría hacerlo de otro modo.
Pero busco, incansablemente, la realidad de un tiempo arrebatado, las escaleras mecánicas de un aeropuerto, un billete barato, un local lleno de humo y olor a café, unas calles inmensas donde perder el miedo, un esbozo del rostro que no recuerdo, dibujado entre risas y memoria real.
El sueño tergiversa las razones de ser para otro sueño, la realidad avisa con sus notas de tinta indeleble, y el cigarrillo, sólo erige, como pompas de jabón, apenas perceptibles, sus motivos peremnes de encontrar un descanso, antes de que la ceniza consuma todo el deseo, y se evapore.
La mañana es lluviosa, el viento arremolina las hojas en la escala del tiempo, las horas se acumulan, y aún quedarán muchas. La importancia de la geografía me quedó clara. Y necesito un cigarro.

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