miércoles, 19 de noviembre de 2014

A lo mejor ...la guerra



“A lo mejor la  guerra llegó antes que el tejado”.  Herta Müller y “Todo lo que tengo lo llevo conmigo”.




Me dormí con esta frase, me desperté con ella. 
Trataba de identificar el  momento en que las cosas no salen como se prevé, pero son tantos…
Tras los cimientos llegan las paredes y luego el tejado. Sin embargo, en esta ocasión el tejado no llegó, la casa quedó inacababa para siempre. La guerra llegó antes.
La expresión no permite una idea cerrada. Cualquier circunstancia en la que las previsiones no se cumplen queda implícita en esta proposición. Todo en suspenso: el orden lógico del devenir de los acontecimientos, la premisa inicial, la consecuencia .
El resultado incuba un cáustico sustrato de sinrazón. La guerra llegó antes, a lo mejor.
En realidad ¿ qué momento se puede discernir como  “tejado”? Suele ser tan breve que más se parece al impermeable ocasional de un sólo uso,  de esos incapaces de resistir un aguacero en condiciones.  Nada es para siempre, porque, además, la guerra suele llegar antes.
La incertidumbre es más que un principio desentrañado para evaluar lo no evaluable en cuestiones científicas. Cabe casi todo, la vida entera cabe.
Las ocasiones para desperdiciar la ilusión cada vez son más escasas. Incluso sin hambre y con pan, los huesos siguen doliendo. 







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