domingo, 27 de diciembre de 2009

La familia, la propiedad privada y la navidad.

Parafraseo a Silvio Rodriguez. 

Lo hice. Aunque tuve que mentir. Me pesó mentir, 
decir que no estaría sola. Por momentos dudé de mi, 
de que estuviera haciendo lo idóneo. Pero me armé de valor, 
me autoconvencí. No tenía por qué seguir cumpliendo con algo 
que no me gusta en absoluto. Una tradición absurda si no se 
hace por el gusto de hacerlo. 
Reunirse en torno a una mesa demasiado llena de comida 
para que quepa nada más.
Esta noche buena fue la primera que pasé completamente sola. 
Me quedé en casa, cenando ensalada y sopa. Como cualquier noche. 
Era, además, mi cumpleaños. Llegado el momento me felicité.